No era necesario que me pidieras callar ante lo que manifestaste en forma tan atinada.
Lo dijiste todo.
Te atreviste a abrir tus sentimientos a mis anhelos y te animaste a confesar lo que soy para ti.
Me haces feliz.
Te pertenezco.
Al igual que tú me has aceptado yo te ofrendo mi ser todo entregándome a ti.
No hay juegos de por medio, solo el sentir en pleno.
Nada más interesa.