Y ahora ¿qué sigue?
Ambos transitando por la cotidianidad que también tiene sus cosas y momentos gratos; pasándola contigo, lo cual es bueno, me hace tanto bien, pues se me acaba la incertidumbre y lo desconocido, no me es, ni se me figura como trampa, ni es desconsuelo.
Ahora tengo plena conciencia del amor que te profeso y con el cual me muevo por mi diario batallar, con mayor tranquilidad.
Quisiera decirte tanto, pero aunque este sentimiento es inagotable, no así mi limitada forma de expresártelo, que a veces, enmudezco cuando estamos juntos, y así callado, dentro de mí, existe todo un torrente que desbordándose te quisiera gritar todo lo que eres y significas para mí, para mi existencia, que es plena por tu presencia en mí.
¿Comprendes?
¿Sientes?
Ojalá me leyeras el pensamiento.
Quisiera que pudieras introducirte en mis sentimientos, para que así vieras todo esto que te digo que es inaudito, que ni yo mismo lo alcanzo a comprender, pero que es verdadero y por ello te lo puedo externar, aunque no como quisiera.
Te amo ¿Qué más puedo decirte?
Me ha sucedido un reencuentro contigo y conmigo; he andado desparpajado y había perdido noción de lo verdaderamente importante.
En realidad, no sé qué me había estado sucediendo y en verdad ahora quiero pasar más tiempo contigo para que vayamos haciendo, de nuevo, nuestro propio tiempo, como lo hacíamos antaño.
Te requiero, para conjugar mi vida como un presente continuo, pues la necesidad que tengo de ti, no se me calma.
Estas tan en mí, que se desvanece la realidad en tu sola idea y se regresa con tu presencia.
Contigo en mí, doto a mis palabras del halo de tu vida, de tu ahínco y de tu alegría, tanto, que vuelan en busca de ti para continuar inspirándome y así otorgarme felicidad.
Mis palabras tienen significado gracias a ti, pues por ti emergen, por ti las escribo, por ti se realizan y hacia a ti, exclusivamente van dirigidas. Si no fuera por ti, sencillamente no existirían.
continuará…