Puede ser…

Puede que el momento actual, circunstancia y situación, no sea la idónea; que estés pasando por temas de salud, económico, enfermedad propia o de algún ser querido; de aquellas que además de dolor, causan un gran boquete económico impagable que hasta tus bienes pierdes, sino es que quizás hasta la pérdida de ese alguien querido.

Eso que es dolor indescriptible, que te aísla de todos y todo, que ya ni el llanto te permite, no por reprimirlo sino porque ha dejado árido tu corazón, secado tu ser, yermo, de tanto derramar el sentimiento.

No sea tal vez el momento, pero si puedes dentro de todo ese marasmo, concentrarte en pensar más allá de ti, tal vez, y solo tal vez, puedas encontrar algún significado a todo ello y enfocar lo que queda de tu ser que sientes en ruinas, no para encontrar soluciones, ni el porqué, sino aceptar paciente lo que vives, lo que viene, transcurrirlo humilde y entonces saber que la respuesta llegará de alguna manera, no la que quisieras pero la que es, en forma inesperada.

Entonces entiendas, aceptes y puedas continuar a donde ello te lleve.

Ser como hoja o rama al viento.

La hoja, va a donde la lleve el impulso del soplido suave o portentoso para posarse en lugares inciertos; la rama, se sacude de un lado a otro, probablemente perdiendo parte de su follaje, pero permaneciendo unida al tronco que la sostiene y le da existencia, aún desnuda.

Todo tiene un porqué, aunque no lo sepamos o descubramos conscientes, pero esa razón a veces se explica por sí misma más allá de nuestro ser.

Orar, meditar, una forma de sanar.

En fin.

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