El destino da la ocasión
A veces, muy contadas, la vida se da como un cuento de hadas, en el que generosamente nos coloca en circunstancias que de ya sorprendentes, nos parece increíble que nos sucedan.
Te encuentras con personas que separadamente eran pareja de alguien más y que, viviendo la misma situación cada uno con su cada cual, resulta que no funcionó.
Pasa el tiempo y cuando vuelven a reencontrarse, se sienten tan verdaderamente a gusto y cómodos que da la sensación de que más que de otro, era tu pareja (sin el trauma de malos momentos); es como estar en un nirvana en que se sienten tan complementados que incluso da la tentación de pensar ¿Por qué no intentar?
No se trata de juntarse dos dolidos, sino de hallarse en tal momento de la vida que pueda ser un nuevo comenzar viviendo el uno para el otro, sin reproches ni viendo al pasado sino aprovechando el presente, construyendo para el futuro ¿incierto? Tanto como lo vivido con la diferencia qué, al menos, uno de ellos hará lo posible porque se de eso que no hubo con quienes antes estuvieron, aprovechando la experiencia para hacer algo que resulte bonito.
A lo mejor son ensueños, como los cuentos, pero es mejor arriesgar a sabiendas que se puede ser rechazado, a no intentar y vivir en la incertidumbre fría de un quizás que no sucedió.
En fin.