Te deseo que no tengas insomnio, para que puedas reposar; pero que si lo tienes, que tus pensamientos, en la calma de la noche te lleven a mí, que aunque quizás no esté en la misma sintonía en ese instante al menos sabré que velas mi sueño como tantas veces yo he velado el tuyo, sin tú saberlo.
Te deseo que no tengas insomnio para que recuperes fuerza después de un largo día y afrontes fresca al siguiente que te toque vivir; pero si lo tienes, que ambos despiertos conversemos en nuestro desvelo y al menos colmemos nuestras ansias en la tranquilidad de la oscuridad donde de tanto platicar nos podamos con la mente tocar.
Que no tengas insomnio, es un buen deseo de mi parte, y si lo tienes, pues a ver si se alinean los astros y coincidimos en esos momentos de quietud que transcurren entre “ires y venires” que hacen que el pensamiento fluya a deshoras, y que a veces logran gratos momentos que subliman, en algo colman, lo que no se atreve uno a pensar o hacer, en otras horas…
Si lo sé. A veces, solo a veces, el insomnio nos lleva a extraños instantes de placer que bien valen la pena encontrarlos y disfrutarlos.
Son raros, pero cuando se hallan, es algo maravilloso, como un oasis en el desierto.
Dormir bien, muy necesario; pero en el insomnio, donde el cuerpo reciente y uno se cansa, es un hecho que, en ocasiones, se conjuga el momento y los pensamientos hacen que brote la imaginación.
Se crean imágenes delirantes…
No sé, solo se me ocurreTe deseo que no tengas insomnio, y si lo tienes que encuentres algo bueno que leer y de no ser así, que entonces en esas horas oscuras y mortecinas, nos encontremos.
Buenas noches, que logres tener descanso y recuperes fuerzas.
En fin.