Post mortem

Si fallezco, al menos los que me preceden -con este menester y empeño que inicié hace poco tiempo- estarán un poco mejor, económicamente, para el futuro que siempre es incierto.

Nada me llevo, ni siquiera lo pienso ni tengo tan vano anhelo.

Que pensar en riquezas que trasciendan la tumba, es necedad de brutos sin conciencia.

Lo único que en realidad hay es el presente que se vive y es lo que marca recuerdos esos que se conservan para quienes sigan después que yo muera.

¿A dónde iré? Sepa Dios.

Esos designios no corresponde a los humanos saber, solo la esperanza de no dejar de ser, o si así es y mitología fue lo que nos adoctrinaron, mejor entonces al terminar de vivir, de menos tener la tranquilidad de haber hecho al algún bien aunque pequeño a los demás, sobre todo a quienes en vida amamos.

Todos los errores cometidos ojalá se borren a mi muerte y solo quede dentro del llanto pasajero, el tenue recuerdo que provoque más una sonrisa que lamento y desconsuelo.

La vida sigue, ojalá lo entiendan a tiempo.

En fin.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s