No te conozco aún en persona, y ya llegaste a mi corazón tocándolo con tu presencia a través de tu decir.
¿Qué atajó seguiste?
¿Qué conjuró invocaste?
¿Qué es lo qué haces?
¿Quien eres?
Preguntas a responder cuando por fin estemos frente a frente para conversar,
de la forma en que dos seres que se gustan lo pueden experimentar:
a base de palabras que sean miradas,
mirada que devienen en suspiros,
suspiros con los que asir tu aliento,
aliento que lleve al acercamiento,
acercamiento que se transforme en besos suaves y tiernos,
suavidad y ternura que de a pocos enciendan el calorcito que prepare la atmósfera para que los cuerpos se entreguen,
se entrelacen en forma tan natural
para sentir plenamente la dulzura del extasis amoroso
que dialogue
para conocer lo que es amar
en sublime conjunción que de nueva cuenta regrese a la palabra sutil que permita que las dimensiones sean plenas y la comunicación sea total.
Espero anhelante la realidad para que el ahora lejos,
sea pronto un cerca total.
Aquí estoy calmo pero deseoso de ti.
En fin.