Y de repente, me miro en el espejo.
Lo que veo es un yo que no he tenido tiempo de observar, que me parece de antaño y que no logro reconocer.
Solo sé que se trata de mí por estar consciente que me estoy reflejando pero sino fuese así, me desconocería.
Mi visión de mi mismo, distorsionada, se desfigura con la imagen real en el espejo.
No es bueno ni malo, solo es eso, la realidad.
Me retiro de mi imagen, es decir, del reflejo en el espejo a continuar mi vida.
En fin.