Iniciando hoy, una aventura más con la esperanza de seguir experimentando lo que se presenta interesante, para seguir creciendo en lo que cuenta, desde adentro.
Me imaginaba quizás, siendo niño y joven, explorando ignotos caminos y tierras lejanas donde encontrar aventuras sin igual; no suponía siquiera que no requiere ir lejos para lograr experiencias que regocijen el alma y alboroten el entendimiento de tal manera que sea viable experimentar maravillas en lo cotidiano y sobre todo en el contacto con los demás, sus historias de vida, su perspectiva única respecto de un mismo conocimiento, que de eso se trata la vida, de compartirla y descubrirla a través de los otros, para enriquecer la propia existencia.
Ahí voy, a este nuevo comienzo ¿Quién me lo dijera a mis 55 años, poder tener cada día la oportunidad de iniciar una y otra vez?
¡A gozar, a vivir!
En fin.