¿Qué será cuando de tu piel ya solo me quede el recuerdo?
Te amo, te he amado y desde la primera vez que hicimos el amor, conocí a plenitud el sublime significado de la entrega.
En tu cuerpo amo a las mil mujeres que mi mente imagina y recreo la experiencia de piel que, en suerte, me ha y he tocado; así, para en este momento, estar contigo.
Tengo historia, no tanta como imaginaras, ni yo pretendiera; ni tan poca del ordinario promedio común. Y todo ello me hace que al estar contigo, recree el pasado, tocándote y disfrutándote como en este presente lo hago.
En ti amo a todas las mujeres que por una u otra razón, a mi se han entregado (o más bien, yo he sido recibido porque así lo decidieron); y en homenaje a la mujer, a ti me dedico absoluto, en esta entrega que es pasión amorosa y exquisito deliquio que me lleva por instantes a comprender el infinito.
Tocar tu cuerpo, es tentar tu alma; sentir tu piel, es asir tu espíritu; vibrar y estremecerte es ver tu corazón tomado por mi cuerpo y así llevarnos más allá del presente.
Hacer el amor es transportarnos a una atmósfera distinta, ajena a la realidad, aunque inmersa en ella.
De todo lo que la vida representa, momentos como este, son lo más exquisito que ilusiona la existencia.
Me haces vivir y sentirme vivo.
Sólo hay presente, tengo que vivirlo, porque no se cuando te vayas para convertir el hoy en instante que desaparezca.
El recuerdo memorable también se acaba difuminando en el viento y termina con la muerte.
Te amo.