Bendita ociosidad que me permite reflexionar, y en alguna ocasión, esas vanas cavilaciones enfocan mi perspectiva.Ya casi son 54 años, no sé si son muchos o solo un puñado de temporalidades.
Lo que es una realidad, además de la prisa en que se transcurre la vida -o de menos así parece- es que estoy en esa edad en que los ires y venires han sido, y espero vivir en otros parámetros, que como vengan he de vivirlos.
Aunque la juventud fue, el ansia sigue; pero el «ancia» llama y está cada vez más cerca.
Más allá de edades, hay en mi pequeño mundo un sinfín de ideas y sentimientos que mezclados con experiencias hacen un amasijo en que ya comienzo a confundir realidades con sueños, combinando épocas y personas en situaciones ora curiosas, ora disímiles y discordantes ora absurdas y sobrepuestas…
Triunfos -contados- fracasos varios -más bien, innumerables- ambos, en retrospectiva, son diversos aspectos de lo mismo -vida, experiencia- y como alguien dijo: éxitos y derrotas, impostores en los que no se debe confiar.
Así que, mientras haya vida (la muerte no es opción, sino solo el fin de este camino) habrá que seguir la danza, aunque duela y con torpeza, pero con plena convicción personal de continuar labrando destino.
En fin.