¡Ah, tiempos idos, sé que jamás volverán!
Retorno a los recuerdos ora para no perder identidad,
ora como solaz en el ocaso,
ora como nostalgia de lo que ya no es más…
Y es que se me trastocan mis remembranzas haciéndose más bueno lo bueno, de lo que quizás fue en verdad;
o disminuyendo lo malo,
tratando de remendar y acomodarlo idealizado a mi presente.
Nada queda en la realidad, todo en la mente y poco que compartir para que alguien lo entienda,
para que alguien más comprenda.
Así, ensimismado en mi diálogo interno me platico,
de vez en vez mis recuerdos, anécdotas que me repito solo para no olvidar,
para no borrarme en mí mismo hasta difuminarme en el aquí,
en el ahora,
y hacer de mi ser polvo ignoto.
Suspiro largo y profundo en una tarde melancólica de domingo.
Solo eso.
En fin.