El número de años que cumple mi segunda hija.
Nació poco antes de la media noche, en plena luna llena.
Aunque suene trillado, se ha pasado volando el tiempo.
Recuerdos mil, anécdotas todas, situaciones de todo tipo.
No ha sido fácil el trayecto; así es la vida, hay de todo.
Cada hija tan diferente una de la otra, como dedos de la mano (otra vez recurro al lugar de lo trillado), con sus necesidades, deseos…
Y aquí estoy celebrándola, festejando la vida misma, en vida, como debe ser, con todo y su novio (así es).
Pensar que ya dentro de poco migrará para tomar su propio rumbo, como debe ser, ley de vida.
Es su día, su momento.
No hay espacio para nostalgias, no en este instante, no es el tiempo para ello.
La abrazo, me abrazo.
Albricias por tan fausto acontecimiento, para ella mi niña. También y sobre todo, para mi su afortunado padre.
Gracias a Dios.