Cuando la persona amada está lejos, tanto que todo parece que se confabula en contra, solo intento cerrar los ojos para mirarla y hacerme a la idea de… da igual, de todos modos ella no está.
La felicito a lo lejos.
La situación y el tiempo nos separan, tanto que después de conocerla me siento desmembrado en su ausencia.
Y nada hay tan cerca que nos permita estar y que dialoguen nuestros cuerpos, se besen nuestras almas conjuntemos nuestras soledades y nos complementemos.
Pero aún lejos nos amamos; distancia de por medio hay algo que nos une y nos sigue integrando tanto que duele hasta desesperar en ese llanto seco que carcome las entrañas por no fluir.
Día especial, su día y cada uno por su lado.
Heme aquí deseándole lo mejor en su vida que seguro estoy, así será.
En fin.