Pues nada que la vida, ese devenir de situaciones variopintas se dan de formas tan inesperadas, que solo queda vivirlas y continuar viviéndolas.
Como tanto se ha dicho, la otra opción, morir, no es algo viable, o no se espera que lo sea.
En consecuencia, lo que venga, a recibirlo, asimilarlo y salir adelante.
Por más que se prepare algo, se desarrolle adecuadamente, se planee todo hasta el último detalle, siendo cuidadoso hasta el extremo de la obsesión, ese toque bueno o malo, hace que todo se trastoque, para bien o para mal y haya consecuencias inesperadas a lo que se pretendía realizar; y así, a comenzar una y otra vez. Sino, pregúntese a los que investigan en cualquier área del saber humano, e incluso en el arte.
Lo ás probable es que si se siguen las instrucciones, todo salga a pedir de boca, pero nada asegura en forma definitiva que así necesaria e invariablemente así suceda y de repente, en inesperada sorpresa se presenta algo diferente, insisto mejor o peor, de lo que se esperaba.
Así que, por supuesto a prepararse, a continuar aprendiendo, a trabajar con ahínco, a levantarse una y otra vez, por más que ya no haya fuerzas, y seguir y seguir tratando, hasta que ya no haya más y todo en la vida de cada uno llegue a su fin.
Porque el existir es una aventura que inicia prácticamente sin saber como y termina a fin de cuentas de la misma manera; nacemos desnudos e ignorantes y morimos para retornar al punto de partida, por más conocimientos y sabiduría que se pueda haber adquirido.
Pero entre esos dos puntos, entre el alfa y el omega de cada quien hay un camino a recorrer que se debe andar y a cada uno nos toca hacerlo en forma diferente, sin repetir lo de otros, que esos otros ya hicieron lo correspondiente y por más que nos afanemos en pretenderlo, para allanarnos la jornada, eso nunca sucede, porque las circunstancias cambian y se corre el riesgo de ser una pésima copia, caricatura mal formada y patética de lo que ya fue que tal vez ni fue bueno.
Así que a andar como a cada quien Dios le de a entender e ir laborando en lo que a cada uno corresponda vivir.
No hay más, no hay instrucciones para la vida, se van haciendo.
En fin