Sí, en efecto, bástele a cada día su propio afán.
Ya lo señaló Mateo, en su evangelio.
Hace más de dos días y medio estabamos ya en el cuarto de hospital a la espera; hoy a poco más de 57 horas, ya más recuperada mi hija gracias a los medicamentos que vía intravenosa que le han administrado, el semblante le ha mejorado, aunque está con malestar, mareada, se le ve ya bien (no se que tanto, pero positivamente diferente).
Seguimos en el hospital, ahora a la espera de saber su avance y cuando podrá regresar a casa.
Ha estado triste, y con algo de depresión -desde niña, las veces que ha estado por alguna otra razón hospitalizada, se deprime- pero la necesidad de la infección tan fuerte que nos hizo traerla, es lo que al momento la mantiene aquí.
Afortunadamente su novio ha sido un buen palestino que en la zozobra la ha mantenido a flote.
Tengo que reconocer, que está en la etapa, ya desapegada de sus padres, de buscar más el apoyo de la pareja que de nosotros, lo cual aunque duele un poco, reconozco que es bueno y que bien que así sea.
A seguir en la espera, aunque ya quiero que concluya.
Se que esto también pasará, mientras tanto a continuar en lo que ahora hay.
Situaciones de la vida.
En fin.