En ocasiones reflejamos nuestros anhelos en forma de expresiones con las cuales exponemos a los demás que somos alguien diferente a como en realidad nos ven los demás. Y no porque sea relevante la percepción de los otros pero si tienen un concepto diferente del que tenemos de nosotros mismos, ese divorcio puede significar algo que debamos tal vez cambiar.

Se dice que Calderón de la Barca, dijo: «fingimos lo que somos; seamos lo que fingimos».

Considero que esa frase sintetiza más elocuentemente lo que quiero externar.

Nos creamos una imagen que pretendemos elaborar, pero que en ocasiones no coincide con lo que otros miran acerca de lo que somos, y a veces esa diferencia nos lastima, poruqe no comprendemos el porque de la reacción de los otros, si yo me percibo de tal manera que siento una agresión, ofensa o un contra sentido el como se comportan por más que soy o creo ser, alivianado, buena onda, súper, y otros tantos calificativos, que lamentablemente solo tienen cabida en mi mente, no así en mis actos y la reacción a los mismos, por parte de terceros, que son los receptores de los mismos.

Las relaciones humanas son de suyo complicadas y a veces nos encargamos aun más, de potenciar esa complejidad a tal grado que nos llegamos a volver insoportables o a penas tolerables, aunque nuestra visión de nosotros mismos sea distinta y de ahí que no nos expliquemos la razón del indebido actuar de los demás para con uno, claro desde la óptica de ese uno.

Total, ni mucho que nuestro ser dependa de los demás, pero tampoco que no nos importe nada, para considerar que a nadie necesitamos y que somos hechos a mano.

Tan solo ideas al vuelo.

En fin.