Siempre es un gusto saber que a la gente, en general, le va bien, está logrando sus proyectos, con su esfuerzo cotidiano y concreta paso a paso lo que se propone.
No es asunto fácil, requiere voluntad y trabajo, venciendo todo tipo de adversidades, afrontando retos, haciendo lo que no sabe pero aprende y generando su destino.
Ese gusto y alegría se acrecienta especialmente si es alguien a quien además amas; y te sientes orgulloso de que haga realidad, contra muchos pronósticos en contra, lo que se va proponiendo.
No hay mayor interés, ni compromiso, por más que se haya hecho algo o haya aportado algo, porque no se hacen las cosas -al menos en mi caso- para que te lo agradezcan, es mi deber apoyar, aunque luego no se obtenga nada a cambio, porque lo que se hace desinteresadamente va en función de ayudar, no para sacar provecho u obtener ganancia.
Enterarse que le va bien a quien amas -lo sepa o no- es un menester que se da, sin que haya otro afán más que el querer que salga adelante con todos los méritos y capacidades que tiene para que cuando va realizando sus proyectos también se sienta satisfecha.
Lo mereces, como mereces muchas cosas, como ser feliz.
Somos al fin y al cabo, escalones en los que las personas que queremos suben para hacer bien su vida y obtener con sus talentos, los logros lo que desean.
Insisto, en verdad es un gusto y se siente muy bonito cuando te enteras que salen las cosas, no sin mucho ahínco y hay una realización en ello.
A ti, a quien me entero que lees de vez en vez esto que escribo, gracias por compartir que te va bien, siempre supe que así sería y cada día lo harás mejor, aunque dudes de ti, tienes todo para obtener lo que te propongas y sentirte satisfecha por tu éxito.
Como el caudal del río en que su afluente continua, y vierte con sus aguas vida, por donde pasa, así irradias y generas, con lo que haces, cosas buenas, positivas para ti y también para los demás, aún para aquellos que…
Yo, oro diario por ti, jamás hay un día en que no esté al pendiente, lo sepas o no.
Dios te bendiga siempre, bendita mujer.
Al tiempo…