Todo en vano a veces parece… y en quieto reposo me transcurre el devenir en ausencias y presencias ingratas que no me hacen estar dónde me encuentro y me hacen anhelar donde no estoy.
Porque esa es mi inconstante forma de discurrir, en todo esto que es la vida.
Siempre la dehesa del vecino parece más verde.
Quisiera ser tantas otras cosas, menos lo que en verdad soy.
Quisiera una vida diferente, donde pudiera hacer lo que se me pegara mi gana, sin molestar a nadie, pero también sin pensar en nadie más que en mí, totalmente egoísta.
Quisiera ser totalmente libre, dueño de mi tiempo para estar aquí, allá, viajar, escribir, vivir con quien quisiera en el momento que así lo deseara, con solo pensarlo.
Ah! oda al egoísmo, y nada más que la cotidianidad tengo.
Como quiero escribir y que eso sea leído y vivir de mis canciones (y hay que ver que ni música sé), de mis escritos, para eso, por lo menos para eso debo comenzar y buscar oportunidades… quizá, después de mi muerte, tengan algún sentido.
Estar siempre presente y ser eso de lo que esté ávida la gente, porque tengan una gran necesidad de mis palabras…
En fin, mientras me pasan estos momentos de megalomanía, continúo en lo que me gusta, que es escribir por escribir, para hacerme de ideas realidad, por lo menos a base de escribirlas; ser un simple escribidor.
Buscaría ser un gran “ideador” que concretara toda su imaginación en palabras que tuvieran algún sentido para quien las leyera; que fuera un lenguaje universal que todos entendieran y dejaran aflorar sus sentidos al oír o leerlas.
Mi alma está triste, no sabiendo porque o precisamente por saberlo.
Eterno inconforme, ausente de muchas situaciones; anhelando cosas, que cuando se tienen, cuestiono ¿para qué?
Rosario, mi vida entera espejo de mis sentimientos, sencillamente te amo.
Alicia mía, eres mi corazón y te amo profundamente.
Laura, así como eres, mi anhelo e inspiración, te amo mi nena.
Cada una tan especiales tan diferentes tan adorables tan encantadoras, diera mi vida entera por ustedes y con todas mis equivocaciones y errores, aun así, nada cambia lo que las quiero, tanto que me duelen de solo pensarlo, de sentirlo.
Las amo, las amo y es lo que me importa mis vidas, mis amores.
Espacio lúdico propio y exclusivo de mí para mí, sin ningún intruso más que yo frente a mí, para poder discurrir en el tiempo sobre todo y nada, para saber más de mí, a base de vaciarme cada momento, en una serie de pensamientos, tal vez sin sentido alguno, para saberme vivo y platicarme a mí mismo, para tratar, entre otras cosas, de entenderme.