Hoy domingo, a las 8 am, se organizó una carrera de la Columna de la Independencia al Zócalo, ida y vuelta para protestar, a través de hacer algo positivo: ejercicio.
Fueron convocados para ir vestidos de negro y llevar en el dorso la frase: #yamecansé.
Con independencia de filias y fobias, proclividad a unas u otras tendencias políticas (varias de las cuales se cuelgan de la tragedia de los 43 desaparecidos de Ayotzinápa, para sacar partido a intereses, que solo utilizan esa tragedia), considero conveniente, reflexionar.
A manera de sugerencia de primero, comenzar por la propia autocrítica, modificar la actitud personal de cada quien, sobre la premisa que no se trata de cambiar al mundo, sino buscar como ser diferentes cada uno, actuar calladamente, para dejar de ser apáticos o bien tener actitudes deleznables de pensar primero en sacar ventaja personal y si hay espació y ganas, ayudar, sin mucho esmero o bien con actitudes dramáticas, en los demás.
Pensar un poco en el de a lado (pareja, hijos, padres, familiares, amigos, compañeros de trabajo, en los que van a lado de nosotros rumbo a su chamba, los muchos desconocidos en las calles con los que circunstancialmente nos topamos, para hacer algo, tan simple como ceder el paso, saludar, ayudar a lo que sea, que se yo.
Recuerdo el libro, que luego se hizo película, «Cadena de favores», y considero que puede ser un muy pequeño buen inicio para casa quien. No se trata de hacer el gran sacrificio para cuando pueda…sino el apoyo desinteresado por el placer de servir.
No es mucho, ni suficiente, pero paso a paso, por algo se comienza cualquier camino.
Reitero, solo es una breve reflexión al vuelo.