¿Quién eres?
¿Qué eres para mí?
Te me agolpas de continuo, pretendiendo descifrarte y descifrarme, dejándome llevar por este sentimiento que me has originado, así tan de repente como apareciste en mi vida.
Eres alguien extraña, pero me cautivas y por eso te siento tan cercana.
Ni te conozco, ni se tu nombre, eres sólo alguien con tantos nombres como imagine y tú quieras; alguien que menuda llegó a mi esperanza e hizo brotar mi anhelo.
Te me presentas en la penumbra, y así como eres, breve, exquisita y sublime apareciste sin nada más.
Tú tierna y fuerte, suave y dura llegas a mis ojos cautivando mis sentidos. Luego, sencillamente platicamos, te escuché y se me desbordó el sentimiento.
Eres como una niña y a la vez tan mujer, tan atractivamente madura, con una experiencia de más años que los que tienes, y te rebasa.
Ríes y callas, te pones seria y de repente hablas.
Me interesa saber de ti, de tu vida, por eso me embelesa tu plática.
Eres linda, maravillosa, tan atractiva que mirarte me embelesa; pero con lo poco que ya se de ti, cada vez, lo eres más por dentro.
Eres alguien que se me presentó y sencillamente no quiere decirme como se llama, y que quisiera que me dijera, ahora de frente, una suave palabra.
Te dejo ser y no ser, te dejo libre aunque quiero atraparte con una dulce caricia y suave mirada.
Quiero que en ti germine, en paz y con tranquilidad, bajo esa tormentosa vida agitada una pequeña esperanza. Que nunca haya existido, amante en el tiempo, como tú amada, y dejarte sentir suavemente mi alma tocando tu alma.
De tal forma, tomarte con apasionada ternura, juntarnos en ardiente flama, y amarte después de amarte, con tranquila calma, acariciando tu piel, frotando tu alma con el ungüento de la mano y la palabra.
Estoy emprendiendo un extraño viaje, en el que se muy bien, te espero sin esperarte, pero es que mi anhelo es grande y no quiero callarme esto que me provocas.
Prefiero, tu sinceridad y honestidad madura a mis ruegos, aunque me duela (que bien dicen, que de amor no se muere), a que por falsos convencionalismos, yo omita expresarte abiertamente lo que traigo dentro y perder la oportunidad de sentir y vibrar en tus adentros.
Ahora, regresando a la primera pregunta, en efecto, no se sinceramente quien eres, por tanto la primera pregunta aún quedará sin respuesta.
Pero la segunda, espero, en estas breves líneas, quede plenamente resuelta.
Ya te lo dije, no hay lógica, no la busques; únicamente que estás, sin estar en mí.