Quiero escribir de todo y de nada.

Solo quiero escribir para vaciar mi alma y saciar mis ansias.

Únicamente quiero aquietar mi espíritu, en momentos de zozobra que apesadumbrado de repente, por las diversas circunstancias, no permiten que ande ligero, continuando mi jornada en pos de lo que quiero.

¿Pero qué es lo que quiero?

No lo sé.

Y quizá sea eso lo que más me desconcierta y hace que me arremoline en angustias que se vierten en mi mente, desde mi alma, como fantasmas que no permiten tranquilidad para poder continuar, a mi paso, yendo a…, no sé dónde, pero imaginando que si avanzo, he de encontrar ese lugar-espacio donde, sin saber a ciencia cierta que es, tengo el anhelo de llegar, para descansar mis ansias y apartar mis angustias y desasosiego.

¿Y luego que haré si hallo lo que busco sin saber?

Tampoco lo sé, porque no me he preparado para si quiera saberlo.

Hoy amanecí cansado, a pesar de no haberme desvelado.

No dormí bien y me traigo el cansancio hasta el trabajo.

No puedo concentrarme y divago, sin ton ni son, esperando no se bien qué, para ubicarme y continuar en la jornada.

A veces se torna arduo, lo más simple y se empieza a enmarañar todo en la mente, donde se congestionan las ideas y hacen que permanezca estático, esperando no sé qué, para poder continuar a no sé dónde.

Vaya forma de complicarse la existencia, con afanes sin esencia, y expectativas sin sustento, en momentos que plenamente debiera realizar otros actos para avanzar en la cotidiana labor y estar satisfecho con el deber cumplido.

A veces andar tanto, cansa.

Estoy exhausto en este mí devenir.

Y tan solo quiero escribir, para vaciar mi alma…