Saberlo todo de ti y conjugado en tu ilusión, hagas de la mía, inspiración para amarnos y absorbernos de tal forma que nada más exista, aunque sea por un breve momento, el cual  nos marque toda la vida y sea lo que nos dé razón de existir.

Saber que por una sola vez, fuimos el uno del otro, pasión y desenfreno que nos haga desaparecer de este mundo, sentirnos bien y el uno en el otro.

Quizá no deviera decirtelo pero te amo y este amor efímero, en la pasión que nos desborda, es eterno en todo lo que nos hace vivir, y nos da fuerza suficiente para seguir viviendo aún sin él.

Quiero entregarme a ti sin importar más nada que tu existencia en mí.

Que tu amor sea lo único que exista en la realidad al abrir mis ojos, como al cerrarlos para vaciarme en ti, te doy mi amor y la existencia mía.

Puedes tener certeza que sólo estoy contigo, y al introducirme en ti,  más que en tu cuerpo, lo quiero hacer en tu alma, apoderarme de todo lo que eres, de tu existencia, de tu mente, sin nadie más de por medio, sin tiempo, sin lugar, sin que haya nada que nos altere, nos pare o nos frene, sin que pienses, dejándonos llevar, como debe ser la pasión: sólo sentimiento, puro sentimiento desenfrenado, desbordo de los sentidos encausados hacia tu persona.

Hacerte el amor, descubrirte en plenitud, como tocar una bella melodía, como dirigir los acordes para lograr una explosión de sentimientos en armonías y vibraciones que nos hagan sucumbir, consumirnos en cenizas, y de ahí, volver a renacer después de cada encuentro amatorio.

Penetrarte con fuerza, y hacerte vibrar con cada cadencia y entrada, apoderándome de tu esencia, de tu voluntad y que grites extasiada mi nombre, corolario de mi conquista, razón de mi existir, y luego, sencillamente la vida, porque tu eres la vida misma que quiero por siempre disfrutar.